¡Madalena! Cuando te pido que cierres los ojos me refiero a todos ellos, no me estés mirando desde adentro.
¡Cerrá los ojos, Madalena, pensá! Todos esos tus ojos son hirientes y aburridos, ninguno brilla.
Toda tú, parpadeante, eres un triste ser. Toda ojos, cuando los cierras las imágenes hacen un silencio tan tenebroso que dejas de latir.
La inconsistencia de tu cuerpo es una carga en la memoria, tienes todo el horror del recuerdo clavado en mis ojos. Me sigues. Eres un ser mitológico entre terrible y atractivo. Eres el amor y el miedo.
¡Hablá, Madalena! Yo no voy a decir nada más.
Y tomaste tu voz y la dejaste aplastada contra mi espalda, te llenaste de ojos que me escarban, que me despedazan, ya no soy más que huesos carcomidos, soy la ceguera tambaleante, pordiosera.
Me siento honrado de haberlos leído antes de ser publicados... <3
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