domingo, 4 de mayo de 2014

No, claro que no.
En este agujero lleno de tipos psicocazadores no van a permitirme morir en paz.
-¿Por qué quiere morirse?
-No sé, me aburro
-¿Qué cree que hay después de la muerte?
-¿Un casino?
-¿Me pregunta o me responde?
-¿Usted qué cree?

Ese juego del espejo; dicen que soy narcisista, obsesivo compulsivo, maniacodepresivo, ¿qué significará todo eso?
No es que no tenga nada que hacer con mi vida, no es que esté deprimido, no soy pobre, no estoy solo, no me he traumatizado.
Sólo quiero morirme, dejarme caer por ahí, tomarme cinco o seis frascos de pastillas y soñar hasta el último minuto. ¿Por qué?
-¿Dónde está su esposa?
-En la casa, llorando
-¿Y sus hijos?
-En la casa, llorando
-¿Y sus padres?
-En la casa, llorando
-¿Y su jefe?
-¿En su casa, comiendo?
-¿No le importa lo que todos ellos piensen?
-Ellos no existen
-¿Y quién llora por usted?
-¿La enfermera?
El tipo me mira y pone una sonrisa torcida en su cara agujereada.
Nadie viene a visitarme, porque hace mucho tiempo dejé de recibir visitas.
La esposa se fue con otro, los hijos están llamándole papá. La mamá, el papá lloran antes de acostarse, rezan un rosario por ese que está metido aquí.

-¿Ese no es usted?
Dije eso en voz alta
-Todo lo está diciendo en voz alta
-Ya no puedo pensar
-¿Ese no es usted?
-¿Le molesta si me echo a morir en el rincón?
-¿Espera morirse de aburrimiento?
-Ustedes no me darán permiso

Todos creen que estoy chiflado, el tipo ese me mira con todos sus ojos ciegos regados por la cara, debo estar pensando en voz alta otra vez. Esa torcida sonrisa inmunda me está sacando de casillas. Voy a cerrar los ojos, voy a imaginar que me muero de ceguera.

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